El Panteón es una de las grandes aportaciones del ser humano a este mundo.
Es obra de Adriano, aunque en el frontispicio ponga que su responsable fuera la mano derecha de Augusto, Agripa. Se especula que Adriano lo reconstruyó manteniendo la dedicatoria original.
Tal vez sea una obra conjunta de Apolodoro y Adriano. O no. Apolodoro se enemistó con Adriano y acabó siendo ejecutado. Y sabemos que Adriano tenía ínfulas de arquitecto. Fuera quien fuera, la obra es una gran maravilla.
Adriano fue un emperador extraño. Al contrario que Trajano que se dedicó a anexionar territorios y entablar guerras de conquista, Adriano apostó por la paz. Fue el primero que huyó de Roma y decidió recorrer todo el Imperio, consciente de que Roma pronto dejaría de ser el centro del mundo y que los tiempos que se avecinaban no serían tan dorados. Apasionado de la cultura griega quiso hacer de su vida una obra de arte y viajó y administró el imperio eficazmente.
Se enamoró de un muchacho, Antinoo, como sus amados griegos hacían siglos antes. Miraba al pasado griego como hacemos nosotros, como algo ya irrecuperable.
Cuando Antinoo murió ahogado en circunstancias poco claras, -parece que lo hizo para salvar la vida a su amado emperador- Adriano hizo lo que todo amante quiere hacer con la persona que ha amado: lo convirtió en un dios. Y gracias a él hay miles y miles de estatuas por todo el Mediterráneo de este joven apuesto e idealizado.
ANTINOO
Adriano dejó su huella en Roma y no sólo en Roma. A unos kilómetros al este hay una villa en la que pasó sus últimos años el emperador. Es Villa Adriana, cerca de Tivoli, un complejo donde Adriano intentó recuperar toda la tradición griega que tanto amaba.
El teatro marítimo...
El teatro griego...
En este enlace hay algunas visitas virtuales y fotos del complejo.
VILLA ADRIANA
Volviendo a Roma tenemos dos monumentos más de Adriano.
El templo de Adriano a unos metros escasos del Panteón. De él sólo quedan las impresionantes columnas corintias de su fachada.
También tenemos su tumba. Una tumba que llegó a ser residencia papal y estructura defensiva.
Fue construida para guardar las cenizas del emperador. Ha sufrido muchas transformaciones, por supuesto, pero aún podemos imaginar el lugar donde quiso descansar para la eternidad.
Proyecto original de la tumba
La obra por la que será recordada será el Panteón.
Entrar en el Panteón es, sin duda, como dice la misma palabra, entrar en un lugar donde están todos los dioses. Os aconsejo que cuando entréis, miréis el óculo que sostiene la cúpula, la mayor durante 15 siglos hasta la construcción de la de San Pedro, obra de Miguel Ángel. Podemos comparar las dos cúpulas.
Cúpula de San Pedro. Miguel Ángel
Cúpula del Panteón. ¿Adriano? ¿Apolodoro?
Entrar en el Panteón es una experiencia única, es un momento que yo nunca olvidaré... Sentí que estaba en el centro de todo.
Un magnífico documental sobre el Panteón.
Y en tres dimensiones.
Sin más palabras. No hacen falta.
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