Todos sabemos que cuando llega la semana santa junto al martirio de Jesús de Nazaret nos ponen películas de romanos.
Sí, murió cuando Tiberio gobernaba y Poncio Pilatos se encontró con el marrón y se lavó las manos para preservar la tranquilidad del territorio. De poco serviría; unas decadas después Tito y luego Adriano se encargarían de someter a esos judíos tan rebeldes. Todo eso ya lo sabemos; por si acaso, nos lo recuerdan todos los años mezclando muchas veces churras con merinas.
De esas películas con honrosas excepciones -algunas escenas de Quo Vadis con un Nerón y un Petronio magistrales y un conjunto muy digno el de La caída del imperio Romano que ya he mencionado en otras entradas- sólo salvo una: Espartaco. Y se desarrolla casi cien años antes. Espartaco es un clásico; el de los años 60, no la infumable serie de los últimos años. Uno no se cansa de verla y mira que la he visto veces... Yo soy Espartaco, claro que sí...
Hay muchas versiones sobre la muerte de Jesús de Nazaret hay para hartarse.
Yo eligo tres:
La de Scorsese fue una interesante reflexión. Todos se centraron en unos pocos segundos más eróticos que pornográficos con María Magdalena sin ir mucho más allá. Una pena, porque la película lo merece. Es más profunda y más interesante de lo que nos vendieron.
¿Y qué decir de la versión de Mel Gibson? Todos sabemos que es un reaccionario, pero admitamos que es todo un valiente. Hizo una película en latín y arameo. Y tiene su gracia. Es dura y realista. A mí, al menos, me gusta. Poncio Pilatos y Jesús, parte 2.
tenemos el musical Jesucristo Superstar. Judas Iscariote es importante...
Y también María Magdalena.
Pero la mejor versión es, sin duda, la de Monty Pytton. ¡Y nunca la echan en Semana Santa! Tanto Ben-Hur y tantas túnicas sagradas y siempre se olvidan de esta película. ¡Qué desperdicio!
¿Qué han hecho los romanos por nosotros?
Un soldado nos enseña latín...
¿A que es mejor que Ben-Hur? Y mira que a uno le gusta la carrera de carros, pero ya harta, hombre...
Y para terminar veamos la vida de color de rosa... aunque estemos crucificados...
Pues eso, buena semana santa.
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