Con Filipo y Alejandro Magno llega la unificación de toda Grecia por primera vez, eso sí, bajo el yugo de Macedonia. Y Alejandro, insatisfecho, volverá sus ojos hacia Persia y Oriente. Tal vez ni siquiera Alejandro Magno fuera consciente de lo que buscaba realmente; tal vez sólo escapaba de sí mismo o de su madre Olimpia. En todo caso, sus conquistas, su muerte temprana le convirtieron en un mito.
La versión más cercana en el tiempo es la de Stone que habéis visto; una, curiosa, es la del año 1956 de Robert Rossen, inferior en medios, aunque tiene alguna escena interesante y nos ofrezca al comienzo a esos griegos que no se ponían de acuerdo y a un Alejandro que escuchaba con interés a Aristóteles, deseoso de convertirse en el heredero no sólo de su padre, sino también de toda la cultura griega.
Sí, porque, tras su muerte, dejó algo más: una nueva época, la helenística, que será la transición entre la Grecia clásica y la Roma imperial, muy bien reflejado en esta escena inicial de la película de Oliver Stone, donde el rey Ptolomeo I nos habla desde Alejandría...
Alejandría, ciudad fundada por el propio Alejandro al norte de Egipto en la costa mediterránea, será el centro, junto a otras como Pérgamo, de una nueva explosión cultural que extenderá el mundo griego por Oriente mezclándose con él; Oriente y Grecia se convertirán en uno sólo. Tal vez fuera ese el sueño de Alejandro o, al menos, esa fue la propaganda que quiso legar a la posteridad.
Las aportaciones culturales que nos ha dejado el helenismo van mucho más allá de lo que podríamos suponer. Roma heredó la cultura griega, pero no fue la de la Atenas del siglo V a. C. sino la cultura griega transformada y adaptada a los nuevos tiempos. Una cultura, una época intelectual que aportará mucho más en ámbitos científicos (Eratóstenes, Ptolomeo, Arquímedes...) que literarios (Calímaco, Teócrito, Menandro), aunque ambos influirán y mucho en el mundo latino que acabe conquistándolo. Con la muerte de Cleopatra VII morirá la última descendiente de los Ptolomeos, pero no morirá con ella una visión del mundo que con ayuda de Roma llegará a todo el Mediterráneo.
Daría lo que fuera por ver lo que queda de Alejandría en directo... ais... nací en una época equivocada
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