Hoy votan los griegos y están votando los egipcios. Muchos votan contra el pasado, otros por un futuro diferente.
La democracia siempre tuvo muchos enemigos. Antes eran más visibles: eran los aristócratas, los terratenientes, los que mantenían un sistema esclavista. Solón y Clístenes fueron hombres que dijeron: "necesitamos un cambio". Pericles - a pesar del imperialismo ateniense que él también representó- supo hacer de la democracia un ejemplo para nuestra civilización.
Ahora son más invisibles esos enemigos. Se llaman FMI, Banco Mundial, G-20, los grandes medios de comunicación... La democracia tiene sus riesgos. Alcibíades es un buen ejemplo: un "trepa" populista que acabó llevando a los atenienses al desastre en la guerra del Peloponeso. El miedo, antes al esclavo, ahora, al inmigrante, puede llevar al poder a indeseables o intolerantes. El miedo también nos hace temer los cambios: ya se sabe, es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. Pero también pueden llegar al poder gente capacitada, que quiera cambiar de verdad este mundo tan injusto que tenemos.
Seamos optimistas; que los griegos y egipcios puedan cambiar su destino... si les dejan. Que podamos cambiar nuestro destino... si nos dejan.
La democracia es "el poder del pueblo". ¡Ojalá sea realidad algún día... aunque no sea hoy!
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