Cuando enseñamos gramática, cuando enseñamos lenguas, siempre nos aparecen excepciones.
¿Por qué surgen las excepciones?
Fundamentalmente por una razón: somos seres imperfectos. Escuchamos mal, a medias; pronunciamos mal, cometemos errores. Y eso facilita las excepciones.
La lengua como la sociedad intenta limitar esas excepciones, porque si no, sería imposible la comunicación o la convivencia. Las regulariza, las controla.
Pero las excepciones, propias de seres humanos, también son necesarias, porque facilitan los cambios y transformaciones que tanto una lengua como una sociedad necesitan.
Estamos hablando no de lenguas muertas como el latín o el griego, sino de lenguas y sociedades vivas.
Las excepciones son necesarias; no lo olvidemos.
La democracia es aquel sistema de gobierno que respeta las excepciones y no intenta acabar con ellas o eliminarlas... y hasta puede ocurrir que una excepción se convierta en norma.
Es lo que tienen las excepciones...
No hay comentarios:
Publicar un comentario