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domingo, 22 de enero de 2012

EL TEATRO ANTIGUO Y EL CINE: (III) COMEDIA GRIEGA


Hay mucha comedia griega, aunque no lo parezca. Y aunque influyó y mucho en la latina -sobre todo la Nueva Comedia de Menandro- luego a excepción de Aristófanes no despertó el interés de otros creadores.
Con la llegada del cine pasó lo mismo. Si en la tragedia fue la griega la que llamó más la atención de los guionistas, en la comedia sería la latina la que se llevaría la palma. Aristófanes, a pesar de su desparpajo o precisamente por él -es demasiado soez y directo para nuestra sensibilidad occidental cristianizada-, quedó en un segundo plano. Y mira que tiene historias modernas. El pacifismo de Las aves valdría para cualquier conflicto actual. Pero ni con esas... Tal vez el mismo Aristófanes no encaja con nuestra forma de ver el mundo o no sepamos qué hacer con él.

Sólo con Lisístrata la comedia griega ha conseguido despertar el interés del cine. ¿Por qué? Hay un poco de todo: tenemos protagonistas femeninas, una "guerra de sexos" que en el cine y en el teatro siempre funciona tan bien, algo de critica política.
Pues sí, como decía, de Lisístrata hay algo, pero no demasiado. En 1972 un griego, George Zervoulakos combinó musical y comedia. Completamente desconocida.
Un pequeño inciso para hablar del autor. Aristófanes aparece como personaje principal en un extraño experimento de la BBC-no sé como llamarlo- The gods are laughing. Sin comentarios.



Tenemos nuestra versión patria, la de Bellmunt en el año 2002 con Maribel Verdú y basada en el comic de Ralf Konig. Reconociendo el intento, llega a aburrir. Es lenta y las obscenidades a estas alturas en el cine se hacen repetitivas. Si hubiera habido un poco de música...



Hay dos versiones curiosas:
The second greatest sex de 1955 dirigida por George Marshall, un artesano. Una adaptación con cierta gracia situada en el Oeste Americano. Probablamente es la mejor. Simplemente se deja ver, no echemos campanas al vuelo. Es una película de género bien rodada y que te hace pasar el rato.


Es una escena de danza que inmediatamente te trae a la memoria la gran Siete novias para siete hermanos que, por cierto, está basada en el famoso rapto de las Sabinas por parte de Rómulo y los suyos.


SIETE NOVIAS PARA SIETE HERMANOS


Y nos recuerda que la comedia griega era también un musical; era danza, música, diálogos...

Y por otro lado tenemos Escuela de seductoras de Leon Klimowsky. Versión lejana, lejanísima a Lisístrata con ¡¡¡Gracita Morales!!! Habría que verla... Yo presionaría a televisión española para que la pusieran un sábado por la tarde en ese programa dedicado a nuestro cine patrio, Cine de barrio.

Hay un musical sobre Las nubes que se estrenó hace dos años en Londres. The clouds. Aquí está el trailer.
No parece que tuviera mucho éxito, pero los actores parecen majos.

En fin, esto es lo que hay. Muy poco interés por parte del séptimo arte. Nos quedan las versiones teatrales... Tal vez algún día alguien se atreva a adaptar a Aristófanes con talento. Sigamos esperando...

1 comentario:

  1. Comentario de J.E. Si el teatro antiguo es en general irrepresentable, la cosa se agravaba con Aristófanes. Era genial, es cierto, pero tiene dos grandes problemas: está demasiado vinculado a la crítica de personajes y situaciones del momento concreto, cosa que obliga al curioso lector a tener que mirar continuamente las notas a pie de página para enterarse de a quién está poniendo a caldo, y, sobre todo, es uno de esos absolutos maestros del lenguaje... lo que hace que traducido pierda el 90 % de la gracia: lo mismo les pasa a Rabelais (que no en vano leyó a Aristófanes con provecho) y Joyce. Pero su espíritu pervive, aunque eso sí, veo más Aristófanes en elmundotoday.com que en esas insufribles adaptaciones de festival de teatro clásico, por no hablar de la cutre y lamentable adaptación cinematográfica que citas.

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