El papel de la mujer en las guerras ha sido siempre infinitamente más discreto que el de los hombres pues la participación activa en ellas, sobre todo empuñando las armas, habría implicado, en épocas pasadas, una transgresión de los papeles de género.
Se las ha visto, sin embargo, defendiendo ciudades en asedios, colaborando en tareas marginales y también mediando para tratar de impedir una guerra o dando consejos sobre lo oportuno del momento o de las circunstancias; es decir, jugando un papel fundamental de negociación o de alta política.
Pero es que las mujeres, a pesar de no haber estado en primera línea de batalla, se han visto afectadas a lo largo de la historia por las guerras extraordinariamente y además, como víctimas.
Vamos a hacer un repaso de sus sentimientos y de lo que dijeron en medio de esos conflictos bélicos pero centrándonos en un género literario en concreto, en la tragedia griega.
I) Cuando se quedaron sin sus hijos
En su papel de madres, las mujeres siempre entregaban a sus hijos a un destino incierto en el que había muchas probabilidades de perderlos.
a- Aquí, es destacable, con todo, la postura de las madres espartanas que se dice preferían que sus hijos no volvieran de la guerra a recibirlos derrotados porque eso era signo de cobardía.
Parece que en la partida de los espartanos hacia las Termópilas, Leonidas, dirigiéndose a sus hombres, les comentó que la fuerza necesaria para combatir la encontraba sobre todo en el corazón de esas mujeres que les observaban partir en silencio, sin derramar una lágrima, con aquella expresión austera, con la mirada firme… con la postura erguida y solemne. Evidentemente, las espartanas eran educadas para luchar su propia batalla, no dejaban que sus hombres volvieran a casa habiendo perdido su honor en la batalla y una de las ignominias más grandes era perder el escudo en la batalla. Debido a la particularidad de la formación de combate espartana, el escudo no solamente cubría a su portador sino, en gran medida, también al hombre de al lado. Por eso, el escudo espartano era considerado un supremo símbolo de camaradería. Por otra parte, oficiaba también de féretro ya que a los caídos en combate se les transportaba sobre sus escudos. Sabiendo esto se comprende algo que, quizás, haya sido una mera fórmula ritual: el joven espartano recibía su escudo siempre de su madre quien se lo entregaba con estas palabras: "Hijo mío: vuelve con él o sobre él".
b- ¿ Qué decir de Hécuba, reina madre de numerosos troyanos como Héctor, Paris, Casandra, Polixena, etc., a quien el sufrimiento constante la hace ser una criatura doliente que ha tenido todo y que, de la noche a la mañana, se queda sin nada pero encarándolo con gallardía, no exenta de desesperación.
Hecuba: “Pero a esos hijos los vi sucumbir ante la lanza griega y me arranqué los cabellos ante sus tumbas<…> Eurípides. Las Troyanas
c- A Andrómaca, esposa del héroe troyano Héctor, la guerra le va a afectar también como madre pues los griegos vencedores le van a quitar a su pequeño hijo Astianacte y lo van a asesinar despeñándolo. En el adiós a su hijo, va a reflejar el sufrimiento y la ternura:
Andrómaca: “Hijo mío querido, cariño mío. Vas a morir a manos de tus enemigos dejando a tu madre abatida. <…>Desde lo alto caerás contra tu cuello en salto lamentable y quebrarás tu respiración. Oh jóven abrazo tan querido de tu madre,…” Eurípides.Las Troyanas
d- Pero también podemos hacernos eco de una madre que perdió a su hija a causa de una guerra sin participar ésta directamente en ningún combate pero sí siendo protagonista. Se trataría de Clitemnestra, que tuvo que soportar el sacrificio de su hija Ifigenia a manos de su marido Agamenon con el fín de conseguir vientos propicios para poder navegar hasta Troya. A su vuelta de la guerra, se vengará matándolo.
d- Pero también podemos hacernos eco de una madre que perdió a su hija a causa de una guerra sin participar ésta directamente en ningún combate pero sí siendo protagonista. Se trataría de Clitemnestra, que tuvo que soportar el sacrificio de su hija Ifigenia a manos de su marido Agamenon con el fín de conseguir vientos propicios para poder navegar hasta Troya. A su vuelta de la guerra, se vengará matándolo.
Clitemnestra: "<…>sacrificó a su hija, mi parto más querido, para encantar los vientos tracios". Esquilo. Agamenón
Clitemnestra:<…>"Que tu padre fue muerto por mí es tu constante, único pretexto. Por mí, sí, lo sé muy bien, no puedo negarlo. Pero fue Justicia quien acabó con él, no yo sola<…>Porque ese padre tuyo, al que no cesas de lamentar, fue el único de los helenos que se atrevió a sacrificar a los dioses a tu hermana, sin haber sufrido tanto al engendrarla como yo al parirla.” Sófocles. Electra
II) Cuando perdieron a sus esposos
a- En una de las tragedias, Hécuba nos cuenta cómo fue testigo del asesinato de su marido Príamo, el rey de Troya, en su propio palacio cuando entraron los griegos y asolaron a su paso absolutamente todo.
Hécuba: “Y a Príamo que los engendró lo lloré no porque escuchara su muerte de boca de otros sino que yo misma, con mis propios ojos, ví cómo lo asesinaban sobre la pira del hogar <…>” Eurípides.Las Troyanas
b- Aunque en las tragedias, las palabras de Andrómaca no llegan a tener la fuerza desgarradora que se sentía en la Ilíada cuando, al saber que iba a perder a su esposo Héctor, le enumeraba todo lo que significaba él para ella, con todo, en la figura de Andrómaca, también se manifiesta cómo la guerra es mala, causa víctimas inocentes y produce desgracias en pueblos y familias. En su faceta de esposa, ha perdido a su marido y sufre por ello pero muchas veces se muestra aparentemente fría y serena respondiendo en parte al ideal de mujer casada con un guerrero.
Andrómaca: “Ay, si vinieras, esposo mío”. Eurípides.Las Troyanas
III) Cuando fueron llevadas lejos de su tierra como esclavas
Hécuba y el resto de las troyanas reflejan lo que les toca a muchas mujeres cuando es su patria la perdedora en una guerra: salir de su hogar destruído y, como botín de guerra, pasar a formar parte del grupo de esclavas que servirán en las casas de unos nuevos amos aunque ellas, en su país, hubieran tenido todo y pertenecieran a un status social elevado.
Hécuba: “Ay, ay ¿A quién me someteré como esclava y en qué lugar de la tierra<…>Ay, seré guardiana de puertas o nodriza de niños yo que tuve honores de reina en Troya?" Eurípides. Las Troyanas
Hécuba:“Reina era yo antaño, pero ahora esclava tuya; abundante en hijos era otrora, mas ahora vieja y sin hijos al mismo tiempo, sin ciudad, sola, la más desgraciada de los mortales” Eurípides. Hécuba
IV) Cuando fueron forzadas sexualmente
a- Con respecto a sus hijas dice la reina troyana Hécuba:
Hécuba: “A mis hijas, a las que eduqué en la virginidad para honra exquisita de sus maridos, para otros las eduqué, pues me las quitaron de las manos.” Eurípides. Las Troyanas
En otro momento, habla así el coro de mujeres troyanas:
Coro: “<…>Aún tendré mayores vejaciones unida a lechos de griegos<…>” Eurípides. Las Troyanas
b- Quizá la peor suerte le toca a Andrómaca pues debe entregarse al hijo de Aquiles, el asesino de su propio marido:
Andrómaca:“<…>pues a raíz de ser capturada, el hijo de Aquiles quiso tomarme por esposa<…>Dicen que una sola noche ablanda los reparos de una mujer al lecho de un hombre; bueno, pues yo escupo a la que rechaza a su marido de antes y ama a otro en un nuevo lecho.” Eurípides. Las Troyanas
Éste es un homenaje a las mujeres y a su sacrificado papel en las guerras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario