El día 22 fuimos con los alumnos de 2º de Bachillerato al Paraninfo de Filosofía de la Complutense de Madrid para ver una tragedia griega y una comedia latina dentro del Festival Leneo.
Acabábamos de explicar en clase el género literario del teatro y de leer el Edipo Rey, por lo que nos venía muy bien experimentar la misma catarsis que vivieron los griegos al presenciar una tragedia como Medea de Eurípides, y también disfrutar de una comedia plautina como Poenulus.
La compañía teatral era El Aedo del Puerto de Santa Mª y todos los actores y actrices tenían unas tablas increíbles pues fueron capaces de cambiar de registro en un par de horas y hacernos pasar del llanto contenido a la carcajada.
En la tragedia de Eurípides, una obra maestra, se ve cómo Medea, al llegar a Corinto, es abandonada por Jasón que se promete en matrimonio con la hija del rey Creonte. Medea ve su lecho deshonrado, se siente humillada y suplantada por otra mujer mucho más joven que ella a pesar de haber hecho y dado todo por él; pues por Jasón ha robado, ha traicionado a su padre, ha matado a su propio hermano, ha tenido que abandonar su país huyendo...
Pero tras perpetrar ese horrible asesinato, Medea va a realizar su segundo acto vengativo, se siente obligada a matar a su propio hijo, primeramente para evitar que otras manos más crueles le quiten la vida al querer vengar las muertes del soberano y de su hija. En segundo lugar, y quizá el motivo más profundo y terrible, mata a su hijo para hacer daño a Jasón y evitar que pueda quedárselo en Corinto, como así se lo exige él, mientras ella se queda sola y desesperada.
"- Medea: (...) mataré a mis hijos.(...)por no poder soportar que mis enemigos se rían de mí."
Creonte, que había planeado el matrimonio, ante el temor de que Medea, sabia y hábil, se vengara, ordena su destierro inmediato. Pero Medea, fingiéndose sumisa, pide un solo día de plazo para salir al destierro. Ese plazo lo aprovecha para realizar su primer acto de venganza, un regalo a la novia: un velo que causaba la muerte por el simple contacto. Ésta morirá de forma horrible y con ella su propio padre Creonte.
"- Medea: (...) mataré a mis hijos.(...)por no poder soportar que mis enemigos se rían de mí."
"- Corifeo: ¿Te atreverás a matar lo que tú has sembrado, mujer? - Medea: Es esa la mayor dentellada que puede recibir mi esposo."
"- Medea: (...)jamás podrá ser que yo entregue mis niños a los enemigos para que los ultrajen. Es absolutamente necesario que ellos mueran y, puesto que deben morir, yo los mataré, yo, que los hice nacer"
"- Medea: (...)Me libera el dolor, si con él tú ya no vas a reirte de mí."
De esta tragedia griega ha nacido el nombre de una patología psicológica muy frecuente en la actualidad, el complejo de Medea. Cuando una relación sentimental se acaba y uno de los cónyuges se siente abandonado por el otro, puede llegar a utilizar a los hijos para hacer daño a su expareja hasta el punto de poner en peligro sus vidas.
Tras un descansito para reponernos de la impresión y las emociones suscitadas por la tragedia, vimos la comedia Poenulus de Plauto, donde todos disfrutamos con el enredo y los constantes guiños al público de los personajes, con la picardía del esclavo, la ingenuidad del amo enamorado, la fanfarronería del soldado, la avaricia del proxeneta...
Incluso para hacer participar a los chicos, los actores hicieron salir a un alumno de otro instituto para que hiciera de uno de los personajes secundarios durante unos minutos y resultó muy divertido.
Reimos muchísimo con la comedia y con sus golpes de humor constantes; fue estupendo.
Creo que pasamos una mañana sensacional y que el teatro grecolatino ha ganado desde ahora unos ferviertes admiradores y defensores en vosotros, mis chicos de 2º de Humanidades.
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