CALENDARIO ROMANO

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lunes, 7 de noviembre de 2011

HISTORIA DE ROMA (III): EL IMPERIO


La muerte de César no detiene el proceso irreversible de una moribunda república.
Octavio, su hijo adoptivo, retomará las propuestas de su tío-abuelo, Julio César, y las consolidará.
Se apoyará sobre todo en una clase nueva: la de los caballeros, que formarán parte del funcionariado de una nueva administración que demostrará a pesar de los cambios políticos y los enfrentamientos civiles ser de una gran consistencia.
Las dinastías pasarán; entre ellas, la Julio-Claudia, que ha dado mucho juego, por supuesto. Calígula y su locura, Claudio y su tartamudez, Nerón y "su" incendio. Tácito y Suetonio, dos excelentes escritores, cada uno en su estilo, nos legaron en sus obras históricas una visión apasionante de estos "personajes". Hay muchos rostros que han dado vida a estos tipos tan extravagantes, -cómo no recordar el Nerón de Quo Vadis; tal vez el verdadero Nerón no fuera tan estrambótico, tal vez fuera mejor poeta y cantante, tal vez no incendiara Roma, tal vez... pero es un Nerón maravilloso que junto al irónico Petronio salva un peplum lamentable- ;



 ...de todos ellos me viene a la memoria con nostalgia una serie de la BBC basada en la obra Yo, Claudio de Robert Graves. Es teatral y ha envejecido algo, pero tiene momentos magníficos. Aquí vemos a Claudio y a Calígula. Ambos están impresionantes. Comprendemos porqué Claudio sobrevivió tanto tiempo; si no le hubieran gustado tanto las mujeres... hubiera vivido más... Nadie es perfecto, como diría alguno... ¡Es genial cuando dice: "se ha convertido en dios; tú también eres diosa; nosotros, no"¡



...a pesar de ellos o con ellos -también habrá buenos emperadores: Vespasiano, Trajano...



...Adriano, Marco Aurelio... -el imperio durará muchos siglos con cambios en su extensión que se reflejan en este documento





Las costumbres romanas dejarán su huella en los territorios conquistados. A este proceso se le llama romanización.
Al mismo tiempo la plebe ajena ya a la política, buscará recibir el trigo del emperador y disfrutar de los juegos (el "panem et circenses" de Juvenal)




El Imperio Romano permitirá que una lengua, la cultura grecorromana y más tarde, el cristianismo se extienda por todo el Mediterráneo: la base de nuestra civilización occidental.

Por supuesto, como todo imperio, el romano también acabará. Son muchos los factores. El final del sistema esclavista, los conflictos internos, el lento proceso de degeneración colectivo, el proceso de barbarización del ejercito, la falta de conquistas que pudieran alimentar una estructura tan costosa y compleja.
La ruralización comenzará en los siglos III, IV d. C. y eso facilitará un largo proceso de abandono de las ciudades y del comercio que había sido uno de los fundamentos de la construcción del sistema imperial, y el empobrecimiento de los campesinos y su dependencia cada vez mayor de los terratenientes, punto de partida del modelo feudal.

Una visión falsa y simplista como era de esperar en una película de Hollywood, aparece en el final de "La caída del imperio romano" de A. Mann, bastante digna, que luego sirvió de punto de partida a Gladiator. Narra la historia de Cómodo, hijo de Marco Aurelio, finales del siglo II d.C.



La orgía del comienzo de este trozo final de la película es típica de los peplum -sí, los romanos se divertían, pero no tanto. Es más un mito alimentado por los cristianos que otra cosa-, pero es interesante el diálogo final, en el minuto 8 cuando, muerto Cómodo, tres o cuatro quieren el poder ofreciendo cuanto más dinero, mejor. Eso fue cierto. Después de la dinastía Antonina, con los mejores emperadores, el poder quedó en manos de quien tuviera un ejercito o dinero. El sistema siguió funcionando después del siglo II d.C., pero los factores que ya he mencionado en los párrafos anteriores, iniciaron su declive.

Quedarán muchas cosas; muchas se olvidarán, otras se perderán para siempre. Gran parte se podrá recuperar casi diez siglos después cuando el Renacimiento vuelva a mirar a ese pasado desde una perspectiva diferente, aunque durante el Medievo nunca completamente desapareciera de Occidente.
Y ahí sigue estando... con nosotros, formando parte de nosotros.

1 comentario:

  1. Santiago ¡qué bueno que haya rebrotado contigo nuestro querido Latini Parla con el que tanto hemos aprendido! Sobre todo yo, que tuve un profesor de Latín tan nefasto en 2º de BUP que hizo que me alejara de las lenguas clásicas hasta mi primer año de carrera, donde en Filología Hispánica tuve la suerte de encontrar un profesor, arcipreste de la catedral de Jaén (ahí es nada)que me reconcilió con la lengua y la cultura latina. Pero me quedan muchas lagunas que voy supliendo poco a poco leyendo este blog. Seguiré atenta tus cuelgues. ¡Ánimo para seguir con las publicaciones!
    Minerva McGonagall

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